Es fácil, simple y comprobable
ver la lógica rentista en el gobierno de Macri, por la sencilla razón que ha
sido la lógica de la burguesía Argentina en gran parte de su existencia,
exasperada cuando asumen la administración del país.
Esto es, lo que buscan es una
ganancia rápida, con la posibilidad cierta de dolarizarla y fugarla de la
Argentina, y solo por eso invierten y capitalizan sus empresas y actividades
sabiendo que pueden venderlas por la celeridad de recuperación del capital
No es una burguesía que invierta
en mediano y largo plazo y que busque y lidere consolidar un proceso de
acumulación y producción, al contrario, su lógica es la de pan para hoy (en
realidad grandes ganancias para ellos) y hambre para mañana, por eso no tienen
un plan, y menos un proyecto para todos, lo que si tienen es un
desproporcionado acervo en términos del resto del país y lo que buscan es
generar (para ellos) mayores retribuciones que en el resto del mundo.
En ese marco se entiende las
medidas y hasta las políticas adoptadas, que suelen (y lo son) contradictorias,
pero que tienen siempre el trasfondo de beneficiarlos. De allí la híper
devaluación no bien asumieron el gobierno, la quita y reducción de las
retenciones, la “libertad” de fijar precios en mercados cautivos o semi
cautivos, y la renta segura por la tasa de corte de las Letras del BCRA
(LEBAC).
El valor del dólar que
“sinceraron” en no menos de un 40% en su comienzo, logra cierta estabilidad a
partir de abril de 2016 por el endeudamiento logrado tras el pago a los fondos
buitres, y por la liquidación de la cosecha gruesa, esencialmente la soja, que
incluso tenían retenidas durante la gestión del gobierno anterior esperando la
devaluación y la quita y/o reducción de las retenciones, como pasó.
Paralelamente, sumándose como
causa complementaria, lo que hizo desarmar posiciones en divisas del capital
financiero en el país fueron las altas tasas pagadas por las LEBAC (Letras del
BCRA), pero las mismas ya tienen su límite, por un lado, el total del dinero
esterilizado (comprados por el BCRA) al 20 de mayo 2016 representa el 95% de la
base monetaria (que es la cantidad de dinero creada y puesta en circulación por
el BCRA), esto es, las LEBAC – totalizaban $ 521.824 millones, cuando la Base
Monetaria a esa fecha era de $ 582.521 millones. Y por otra parte, las LEBAC
(que pagó el martes 24 de mayo 2016 a una tasa de 35,25% anual para el plazo de
35 días), no puede pagar menos tasa (lo que repercute negativamente sobre el
crédito) porque en el mercado a futuro
del ROFEX (Mercado de venta de granos de Rosario) está acordado el valor del
dólar en torno a los $ 17.- al 30/12/2016, cuando el valor tipo vendedor del
día 27 de mayo 2016 era de $ 14,20, eso da una tasa de incremento de casi el
20% para un poco más de siete meses, que anualizada se acerca al 35%. Por lo tanto, la tasa de las LEBAC solo
desciende si hace lo propio el valor futuro del dólar.
Por ende, la forma que tienen de
retribuir al capital financiero, y a los sectores más ricos del país no es
incentivando la producción (salvo los sectores favorecidos), sino generado un mecanismo basado en el
endeudamiento permanente y creciente, que obviamente no es por siempre, de allí
en que una vez pasada la venta de la cosecha gruesa (abril a agosto), la suba
generalizada de los precios y el mayor endeudamiento para pagarle a los fondos
buitres con el fin de dejar librado el ingreso de capitales del exterior, queda
al descubierto la incapacidad en el tiempo del
repago de la deuda, fruto que la
devaluación y quita y reducción de las retenciones no implica mayores
exportaciones, y si mayor apropiación de ganancias, pero esa ampliación de los
márgenes de ganancias se deriva a capitales especulativos y a la fuga del
circuito económico local, dado que nadie invierte en un país que se achica y
genera desempleo como hizo y hace el gobierno de Macri.
Si a ese contexto le sumamos el
hecho que los sectores beneficiados perciben y determinan la existencia del
atraso cambiario, hará que más temprano que tarde (una vez pasado los meses de
liquidación de la cosecha y ante nuevos y mayores pagos de los servicios de la
deuda externa y de los LEBAC y otros mecanismos de endeudamiento interno en
pesos), recomiencen nuevamente la compra de divisas. Y es por eso que el
macrismo necesita generar nuevos negocios especulativos y allí aparece la
pomposa “reparación histórica” para los jubilados y pensionados.
Así como dijeron que iban a
aumentar el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, y lo hicieron
pero nominalmente, y sin cambiar las escalas con lo que los asalariados
alanzados por el gravamen pagan mucho más, del miso modo presentan el cambio en
el régimen previsional.
Programa de Reparación Histórica
Macri en una carta pública
afirma: “…Para saldar esta gran deuda, vamos a utilizar el dinero que va a
ingresar del impuesto que van a pagar los que más tienen y que en estos años
evadieron los impuestos, y del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la
Anses”.
Primero el SIPA (Sistema
Integrado Previsional Argentino) da a conocer que desde el mes de marzo 2016 el
haber mínimo mensual es de $ 4.959.- que la remuneración media de todos los
beneficiados es de $ 8.135.-, todos valores muy lejos de lo que implica una
canasta básica de supervivencia, por un lado, atenuado porque el haber previsional
máximo es de $ 36.330.- por mes.
Lo que plantea el proyecto de ley
del PE para un conjunto de beneficiados que estiman en unas 2.250.000 personas,
que estarían cobrando menos de lo que realmente deberían cobrar, ajustarles la
remuneración e incluso pagarle en forma retroactiva en determinados casos, y
los dividen en tres:
a) Los que tienen sentencia firme
que serían alrededor de 70.000 casos, a quienes se les pagaría el fallo
judicial, la mitad al contado con la aceptación de la propuesta y la otra mitad
en 3 –tres- años, con pagos trimestrales, ajustables por el índice de movilidad
(Que habría que ver lo que dice textualmente el proyecto de ley, dado que no
sería el actual, y podría ser reemplazado por el de Remuneración Imponible
Promedio de los Trabajadores Estables –RIPTE, que en todo este tiempo fue mucho
menor).
b) Un segundo grupo son los que
tienen su juicio en trámite (hay unos 380.000 expedientes), también se les
pagará el 50% al contado y el resto en 3 –tres- años, ajustables. En estos
casos, el monto reclamado tendrá una quita o tope porque se les reconocerá
hasta 4 –cuatro- años del total de años reclamados (esto podría implicar una
quita sobre el reclamo, que depende de su antigüedad). También hacia delante,
los haberes serán ajustados
c) Finalmente, el plan apunta a
quienes no hicieron un reclamo judicial (pero la ANSeS entiende que cobran
menos de lo que deberían percibir), serían 1.800.000 beneficiados que no
hicieron juicio, pero tienen los mismos derechos que los que sí lo hicieron. No
se les reconocerá el retroactivo porque no hicieron el reclamo, pero se les
reajustará hacia delante el haber si renuncian a realizar el reclamo judicial.
El Gobierno calcula que en
promedio el reajuste de los haberes de los que acepten la oferta oficial sería
del 45%. Los que rechacen la oferta no tendrán ningún reajuste de haberes y
deberán seguir con los juicios o iniciar uno nuevo. El proyecto de ley
contemplaría la retención del impuesto a las Ganancias, pero el descuento sobre
la oferta retroactiva se calculará por los valores devengados de cada año.
Para poder pagar el 50% al
contado en este año para los casos a) y b)
el gobierno debe disponer como mínimo de $ 300.000 millones (Para tener
una comparación es el 56% de los $ 535.697 millones abonados durante el año
2015 por las prestaciones de seguridad
previsional nacional), a los que además, según ponderaciones del titular
de la ANSeS, Emilio Basavilbaso, los gastos que demandaría la política de
reparación de los haberes previsionales propuesta significarían unos $ 85.000
millones (a valores de mayo 2016) por año, que tardarán no menos de dos años en
instrumentar la totalidad de las aceptaciones, más los tres años de
financiamiento.
El dinero para hacer frente a
esos pagos saldrá de los rendimientos anuales líquidos del Fondo de Garantía de
Sustentabilidad (FGS) de la ANSeS, más las partidas asignadas en el Presupuesto
para el pago de sentencias, pero como no va a alcanzar para pagar el monto de
ajuste total, se autorizará al Fondo a vender las acciones que tiene en su
poder, y allí reside una de las claves del sistema propuesto.
En efecto, cuando Maurizio Macri
sostiene que se financiará con el impuesto que le cobren a los que “blanqueen”
los recursos que tienen en el exterior, está por verse cuanto será el capital
en “negro” declarado, y que tasas de recargo finalmente abonaran, pero
seguramente lo recaudado será en este año 2016 ( y en el mejor de los casos)
menos del 10% de los $300.000 millones iniciales para poner en funcionamiento
el sistema, y después no alcanzará al 30% de los $ 85.000 millones con los precios
de mayo de 2016 que infieren las autoridades de la ANSeS que se gastará por
año, y ante ese nuevo fracaso y para cumplir con la que ya será ley de
“reparación histórica” de los jubilados y pensionados, se empleará la venta de
las acciones que tiene el FGS.
EL FONDO DE LA TRAMA
Con un dólar cuya híper
devaluación fue absorbida por el crecimiento de los precios internos,
demostrando que los empresarios formadores de los mismos lo escuchan a Macri
como oír llover, y no dejan sus negocios y sus altas rentas por más que Macri
se los pida, por lo que no tienen motivaciones de mayor poder adquisitivo para
reconocer tenencias de activos no declarados en el exterior y traerlos al país.
Macri no puede volver a devaluar
porque la crisis interna que ello provocaría y los grados de marginalidad y de
pobreza harían cierta la frase de Durán Barba: “´Tengo tres amigos que llegaron
al gobierno e hicieron ajustes (Gonzalo Sánchez de Losada, Fabián Alarcón y
Jamil Mahuad). Los tres están o estuvieron presos o prófugos”.
Con lo que en ese marco el
gobierno ofrece un blanqueo que va a tratar que sea lo más amplio posible, y
que por trascendidos periodísticos implicaría la existencia de una tabla que de
acuerdo al monto declarado contribuirá al fisco con una tasa fija por todo
concepto por los impuestos no pagados:
a) Para la mayoría de las
transacciones será del 10%, si abona durante el corriente año 2016
b) Habrá una tasa del 5% para
cifras menores de 80.000 (o 100.000) dólares.
c) Habrá una tasa del 4% para
fondos declarados, pero que se giraron al exterior.
El gobierno estima que de esa
manera se declararían U$S 20.000 millones,
si la mayor parte abona el 10%, eso implica unos U$s 1.850 o U$s 1.900
millones de gravamen, al tipo de cambio oficial actual serían unos $ 27.000
millones, que es menos del 10% de lo que deben destinar para pagar los no menos
de $ 300.000 millones para el primer año del sistema de reparación previsional
del macrismo.
Por ende, además del negocio de
“blanquear” la plata, le ofrecen la de venderles las acciones de empresas privadas en poder de la
ANSES a partir de la nacionalización de las AFJP. Entre otras con acciones en
poder de la ANSES figuran empresas del grupo Techint (Siderar); de Aluar; el 9%
del paquete accionario del Grupo Clarín; Molinos Río de la Plata; las empresas distribuidora de gas; de energía
eléctrica; Endesa; Cresud; Central Puerto SA;
IRSA; Ledesma SA; Alpargatas SA; Solvay; Quickfood; Consultatio; Holcim;
y Mirgor. Y los bancos Macro (con
el 24,6% del paquete accionario), BBVA Francés, Banco Patagonia, Galicia, e
Hipotecario, el volumen de acciones en poder del organismo dentro del Fondo de
Garantía de Sustentabilidad (FGS) superaría hoy los 90.000 millones, que
indefectiblemente será utilizados para ese fin.
En síntesis, el gobierno
solamente puede superar la restricción externa y las inconsecuencias del modelo
que aplica, endeudándose y ofreciendo pingues negocios al capital más
concentrado, no existe y en ese marco no puede existir proyectos de inversión
productiva, se prioriza lo financiero, a
costa de un mercado interno que se achica y condena a amplias franjas de la
población a la desocupación y a la pobreza, con un efecto anestésico por el
ingreso de dólares, pero insustentable en el tiempo.
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